Psicoterapia ConElena

Modelo de psicoterapia

Psicoterapia humanista e integrativa

Una mirada holística a tu proceso de sanación.

La Psicoterapia Humanista e Integrativa parte de una visión global del ser humano. No nos centramos únicamente en los síntomas ni en los pensamientos; atendemos también al cuerpo, las emociones, las relaciones, la espiritualidad y tu forma única de estar en el mundo.

Este enfoque propone una integración real:

  • De tus dimensiones internas (cuerpo, emoción, pensamiento, conducta y alma).
  • De las herramientas terapéuticas más útiles para ti, en función de tu historia.

El eje de este trabajo es la relación terapéutica: un vínculo seguro y reparador desde el que poder sanar experiencias pasadas y darte permiso para sentir. Nos apoyamos en corrientes como la Gestalt, el Análisis Transaccional y el trabajo corporal como vía legítima para expresar lo que muchas veces no pudiste poner en palabras.

Cada persona es única, por eso, tu proceso también lo será.

Feminista

Tu malestar tiene una historia y se produce en una estructura. 

Acompañarte desde una perspectiva feminista significa reconocer que muchos de los síntomas que hoy cargas son respuestas legítimas a vivencias de injusticia, invisibilización o violencia estructural.

Aquí no entendemos el sufrimiento como un fallo interno, sino como una respuesta adaptativa a contextos que te desbordaron. La terapia feminista da lugar a todo aquello que fue negado, silenciado o minimizado. Te ofrece contexto, palabra y dignidad.

Este enfoque nos ayuda a:

  • Nombrar violencias que fueron normalizadas.
  • Cuestionar patrones de autoculpa o exigencia excesiva.
  • Legitimar lo que sientes sin patologizarlo.
  • Recuperar tu derecho al cuidado, al placer, al descanso y al deseo.

Porque tu bienestar no es un privilegio: es un derecho.

Informada en trauma

Tu sistema nervioso tiene su propio lenguaje. Vamos a escucharlo.

Trabajar desde un enfoque sensible al trauma significa ofrecer un espacio seguro donde no tengas que revivir lo que ya dolió, sino darle sentido, cuerpo y reparación.

No se trata de una técnica concreta, sino de una presencia terapéutica que respeta tus tiempos, tu historia y la inteligencia adaptativa de tu sistema nervioso. Nos apoyamos en recursos como la teoría polivagal, el modelo IFS, el EMDR o el abordaje centrado en el cuerpo.

En la práctica, esto se traduce en:

  • No forzar: trabajamos dentro de tu “ventana de tolerancia” para la regulación de la activación emocional.
  • No revictimizar: todo lo que traes es legítimo y será recibido con cuidado.
  • No fragmentar: integramos mente, emoción y cuerpo para que puedas comprender lo que te sucede.

De este modo, y como afirma Francine Shapiro (2001) “es mejor dotar a los clínicos con un marco conceptual o modelo que les sirva de guía para su práctica clínica que darles únicamente un procedimiento paso a paso para llevar a cabo la técnica en concreto”.